miércoles, 1 de junio de 2011

Háganlo por mi

 Hay gente que critica el movimiento surgido hace unas semanas en sitios emblemáticos de muchas ciudades españolas protestando contra muchas cosas, todas mezcladas, pero protestando al fin y al cabo. ¿Acaso creen que no hay motivos de sobra para quemar los edificios públicos? Algún detalle concreto:

 a) En este agradable país, y utilizando los números sin afinar, los señores y las señoras diputados necesitan "trabajar" siete años para optar al cobro de su jubilación con todos sus derechos mientras el común de los trabajadores (esta vez sin comillas) hemos de hacerlo durante treinta y cinco años, y subiendo. Por supuesto las pensiones a las que optan sus señorías pueden más que duplicar la pensión máxima a la que tenemos derecho los demás y se pueden compatibilizar tranquilamente con otras retribuciones, incluso de la administración pública.

 b) El número de coches oficiales en el país de Fernando Alonso supera, como no, el de casi cualquier otro país que para eso somos tan chulos e inventamos la siesta.

 c) Cualquier alcaldillo de pueblo, con el apoyo de tres amiguetes concejales, puede ponerse el sueldo que le salga de los mismísimos y vivir a cuerpo de rey (de España) al menos durante cuatro años. Después los ciudadanos, indignados, votarán a su adversario que, entre tanto trabajo, olvidará rebajarse tan jugoso estipendio.

 d) En cuanto a los sindicatos y partidos políticos, ¿por qué no nutren sus arcas exclusivamente de las cuotas de las personas que voluntariamente decidan afiliarse? ¿Ha de salir el grueso de sus presupuestos de las arcas públicas, o sea, de los impuestos que entre todos pagamos con esfuerzo? ¿Tan sobrados de dinero vamos?

 e) Tenemos administración central, autonómica, comarcal y local. Pero esto no parece suficiente para colocar a todos los colocables. Inventemos entonces las empresas públicas, ruinosas en su inmensa mayoría pero de una gran eficacia para enchufar a dedo a los cercanos al poder. Esto es como ser rey solo por haber nacido en cierta familia. Siempre sin que el mérito influya en nada, por supuesto.

 f) Hace poco ha habido elecciones. Si alguien ha leido el papelito que se introduce en el sobre para ejercer el derecho al voto se habrá percatado de que los partidos nos ahorran el trabajo de pensar y elegir a nuestros candidatos preferidos y nos ofrecen a cambio listas inamovibles y cerradas, ordenadas según sus elevados intereses, como no. Así no erramos en la elección.

 Todo esto, y muchas cosas más, en un ambiente como el actual en el que cada vez más gente carece de un puesto de trabajo para ganarse el pan, en el estado de las autonomías cada día quedan menos autónomos y los estudiantes ven su futuro más negro que el culo de Idi Amín.

 Si no fuese tan cobarde, mandaría todo a la mierda y acamparía en la plaza del Pilar con mi tienda de campaña Quechua.

 Continuará...

1 comentario:

  1. lo bueno sería saber traducir todas estas quejas y fallos de la democracia en algo efectivo, pero ¿cómo?.Porque la solución siempre está en manos de quien tiene el poder, que es como pedir al lobo que cuide a las ovejas. Seguro que cuando empezaste a escribir esta entrada pensabas que no serviría de nada. Esa es la sensación de impotencia o desamparo que tenemos ante el poder. Por mucho que propusieras cambios ni serviría de nada a nos ser que los movimientos tipo 15M fueran mas... ¿violentos?

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