lunes, 31 de enero de 2011

Ese tesoro

 Ya acabó enero.

 ¡Hay que ver lo rápido que pasa el tiempo! Esto, que parece un lugar común, no deja de ser una verdad como un templo. Las personas tenemos tendencia (unas más y otras menos) a fijarnos objetivos en el tiempo y a no disfrutar plenamente del trayecto hacia esas metas. Craso error. Si alguien está de acuerdo conmigo en que el tiempo pasa veloz, no podrá dejar de estarlo en que hay que aprovecharlo, disfrutarlo, exprimirlo lo más que podamos.

 Sería curioso hacer una encuesta a personas mayores de ochenta años con la siguiente pregunta: ¿tiene la sensación de que la vida ha pasado demasiado rápido? Creo que ganaría el sí por mucha diferencia, aunque solo es una opinión ya que no he hecho la pregunta a nadie; ¿y si añadiésemos otra pregunta? por ejemplo: ¿haría usted lo mismo que hizo a lo largo de su vida? Siguiendo con el ejercicio de imaginación creo que muchas de estas personas se arrepentirían de haber hecho cosas que supusieron una pérdida de tiempo.

 Tendemos a darle más importancia a este asunto "a toro pasado". Como a la salud la echamos de menos cuando falta, al tiempo lo valoramos más cuando ya es pretérito, cuando ya se nos ha escapado de las manos. Seamos conscientes pues de la verdadera importancia de utilizar las horas que tengamos por delante de la forma más provechosa posible. Que no lleguemos a la vejez con la sensación de haber "perdido" el tiempo. Cada cual tendrá sus formas preferidas de aprovecharlo.

 Por favor, hagámoslo.

 Continuará...

domingo, 16 de enero de 2011

¡Grandes rebajas!

 ¿Hay alguien ahí?

 Después de diez entradas publicadas es hora de agradecer su interes a las personas que siguen este blog. No sé si son muchas o pocas ya que veo pocos comentarios y para salir de dudas he colocado un contador que, por lo menos, dará una idea aproximada del tráfico. También he añadido en la parte derecha una especie de periódico con noticias actualizadas de algunos temas que creo puede darle algo de interes al blog. Solo hay que pinchar en el tema y leer las noticias que a uno le apetezca. Al grano:

 Esta conversación figurada (aunque es posible que no lo sea tanto) se podría escuchar durante estos días en cualquier centro comercial a propósito del tan manido tema de las REBAJAS. La protagonizan una madre y su hija adolescente en una famosa tienda de ropa a la que llamaremos "Zera" para que nadie sospeche del nombre real. Podía haber utilizado para el diálogo a un padre y su hijo adolescente pero, después de reflexionar varias horas sobre el asunto, he decidido que resultaría menos creible la historia.

 Madre (M): -¡Hija mía, no sabía yo que hoy habría tanta gente comprando!
 Hija (H): -Es el primer día de las rebajas y no pueden arriesgarse a que se acabe el género.
 M: -Pues compramos lo que tenemos apuntado en la lista y nos vamos, ¡que agobio!
 H: -Este año he hecho la lista en un cuaderno pero solo he usado las primeras páginas. Ya no se me ocurría nada más.
 M: -Nos llevaremos una prenda cada una y volvemos otro día que estemos más tranquilas. ¿Por donde empezamos?
 H: -Yo lo que más quiero es una minifalda amarilla que llevaba una de "Operación Triunfo" el otro día en la tele.
 M: -Pero hija, si ya tienes un minifalda amarilla que te compramos hace dos años.
 H: -¡Jo, mamá! esa es amarillo limón y este año se lleva el amarillo canario. ¡No compares!
 M: -¡Mira, hija! ahí tenemos pantalones de vestir con el 93 % de descuento. ¡Que chollo!
 H: -Yo no necesito pantalones de vestir, y menos de ese color.
 M: -Da igual que no los necesites, lo importante es el 93 %. ¡Ya verás cuando se lo diga a mi cuñada, se va a morir de la envidia! voy a preguntarle a la dependienta si hay más colores.
 H: -Pues tendrás que coger número. En rebajas hay fila para las dependientas y tenemos 234 números delante.
 M: -Pues esperamos, total, para estar en casa viendo la tele...

 Cinco horas y cuarto después:

 M: -Señorita, este pantalón para la niña ¿de qué colores tienen?
 Dependienta (D): -Solo está en fucsia y en azul cielo pero, ese pantalón es de hombre.
 M: -Pues no lo parece, ¿no lo tiene en amarillo canario?
 D: -¡Huy, ese se agotó los primeros días de la temporada! Lo siento
 H: -Me gusta más en azul cielo. ¿Y si queremos cambiarlo?
 D: -Sin problema. Vienen con la prenda, la dejan en la estantería y se llevan otra cuando no se de cuenta nadie.
 M: -Perfecto, nos llevamos el azul, por cierto, ¿hay mas cosas con el 93 %?
 D: -Con el 93 % creo que no, pero tenemos sombreros mexicanos al 86 %
 M: -Pues envuélvanos uno para regalo.
 H: -¡Que guay! El 86 % de descuento significa que de cada 100 € solo pagas 86, ¿verdad, mamá?
 M: -¡Que va, hija mía! significa que algo que vale 10 €, lo ponen por 100 y, al final, pagas 14 y te vas a casa con la autoestima por las nubes.
 H: -¡Me encantan las rebajas!
 M: -¡Toma, y a quien no!

 Continuará...

jueves, 6 de enero de 2011

Tranquilo niño, ya pasó


 Si no me equivoco hoy, dia de Reyes, acaban oficialmente las fiestas navideñas. Estos días tiene uno la impresión de que se repiten prácticamente igual año tras año, salvo matices naturalmente. Comilonas, regalos, reuniones familiares y poca celebración religiosa que, se supone, era lo principal en un principio.

 Las comilonas harán que la mayoría de la gente cuente entre sus objetivos para el año que empieza con perder esos "kilitos que sobran" (horrorosa expresión, ya lo se) y que vuelve a darnos una demostración de la profundidad del análisis humano: una persona que consiga perder peso a lo largo del año que empezamos, perderá a lo sumo 2 o 3 Kg. de media, cullons, exactamente lo que ha engordado en estas pantagruélicas veladas.

 Los regalos dan mucho juego (¡que chispa, eh!) para escribir. Sería relativamente sencillo hacer un regalo acertado para las personas más cercanas, al fin y al cabo conoces sus gustos y, más o menos, sabes lo que les viene bien; el problema está en que todos los años has de hacer regalos a las mismas personas varias veces, o sea que, para alguien normal, y más si es del género masculino, esto se convierte en algo más complicado que la física cuántica. Uno empieza a darle vueltas al asunto y suele acabar con el cerebro derretido y pensando en regalar dinero, que es muy socorrido. Aunque ahora, para los que somos torpes, existe un comodín que no falla: los trastos electrónicos con jueguecitos; para chicos, para chicas, de cuatro años, de cuarenta, rubios, morenos...a todo el mundo encanta. ¿Son o no estos los políticos que nos merecemos?

 Menos mal que tenemos otras cosas que dan a las fiestas navideñas un más profundo interes como son: los mensajes de móvil prefabricados. El o ella te envía un eseemeese que, a todas luces, no han inventado y se quedan tan a gusto. La gente que lo envía se siente muy ingeniosa cuando lo único que hacen es reenviar algo que les acaba de llegar a su telefonillo (prolongación de la persona, hoy en día) en vez de pensar: ¡hay que ser cretino para gastarse 25 pesetas en esta chorrada!

 Lo se, hay veces que parezco el abuelo Cebolleta.

 Continuará...