martes, 28 de diciembre de 2010

Un suceso más

 Ayer leí una noticia que me dejó pensativo durante un buen rato.

 El hecho ocurrió en la provincia de Gerona (o Girona) y, aunque los datos todavía eran confusos, en resumen decía lo siguiente: un joven con las facultades mentales perturbadas ha sido hallado muerto por heridas de arma blanca. En la casa que habitaba junto a su familia se ha encontrado una carta escrita por la madre y el padrastro del fallecido indicando que iban a terminar con sus vidas arrojándose al río que discurre por los alrededores. Después de unas horas de búsqueda los buceadores han encontrado los cuerpos sin vida de estas dos personas. Se arrojaron al río con sendas mochilas cargadas para, según parece, asegurar el éxito de su acción. Ambos rondaban los setenta años.

 Hasta aquí no deja de ser un suceso más o menos misterioso de los que abundan en los noticieros, pero lo que me ha impactado más ha sido el final de la crónica: cuando la pareja ha sido encontrada todavía estaban unidos de la mano.

 No sé si ellos han matado al joven y después se han suicidado como dejaba entrever la noticia pero, durante los angustiosos momentos del ahogamiento y sabiendo que la vida se les escapaba, permanecer de la mano y, seguramente, mirándose a los ojos, sirve para mí como una de las más bonitas definiciones del amor.

 Promesa cumplida.

 Continuará…

martes, 21 de diciembre de 2010

¿Qué vida?

 "Muere lentamente quien no viaja, quien se transforma en esclavo del hábito, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño"

 La frase del poeta me resulta ciertamente atractiva, configura una forma de vivir romántica en la que el corazón prevalecería sobre la razón pero ¿alguien se salva de "morir lentamente"? En esta epoca que nos ha tocado (como en todas, probablemente) muy poca gente deja de ser "esclavo del hábito" y, ¿quien "arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño"? Probablemente los emprendedores de cualquier negocio sean, en cierta forma, los que se adaptan a esa expresión, aunque no creo que la frase se escribiese pensando en ellos.

 La filosofía de vida de la mayor parte de las personas se basa en seguir al rebaño, en hacer exactamente lo mismo que hacen los demás y pasar desapercibidas dentro del grupo; estoy seguro que poca gente ha dedicado el tiempo suficiente a pensar posibles alternativas, a reflexionar si se puede hacer algo diferente cambiando pequeños detalles que configuren una manera de vivir más "arriesgada" pero, posiblemente también, más plena.

 Como ya escribí en su día el cometido de este blog es el de hablar de todo sin profundizar, o lo que es lo mismo: no seré yo quien os dé las claves de la vida (entre otras cosas porque no las tengo) pero creo que hay alternativas para no seguir el trillado camino por el que todos andamos atribulados.

 Al final, la dicotomía está entre no arriesgar nada y vivir relativamente tranquilos o, por contra, salir en cierta medida de lo convencional para que nuestro deambular llegue a ser vida. No se trata de pensar que el riesgo "per se" hace la experiencia vital más atractiva, pero si creo que para lograr vivir con un mayor sentido hay que exponerse a la intemperie.

 La palabra clave es "simplificar". Pensadlo.

 Continuará...

lunes, 6 de diciembre de 2010

Las vacaciones

 He tardado más de lo que me gusta en volver a publicar una entrada en este, vuestro blog. La razón es que he estado de vacaciones y, aunque llevaba encima un ordenador portátil (como no), no tenía ganas de escribir. Vaguete que es uno.

 Este tiempo de asueto lo hemos pasado por centroeuropa y he descubierto un fenómeno la mar de curioso, véase: En esas tierras europeas cuando se unen temperaturas muy bajas y precipitaciones, ¡nieva! Y esta ha sido la clave de las vacaciones: tres ciudades visitadas, tres ciudades nevadas; con las particularidades de este fenómeno meteorológico: las estampas son muy bonitas para admirarlas pero es incomodísimo el moverse por ahí paseando. Hemos estado en Bratislava (capital de Eslováquia), Budapest (capital de Hungría) y Viena (capital de Austria).

 Ir de una ciudad a otra es muy sencillo y cómodo con el tren y, además, las distancias entre estas capitales es relativamente pequeña. Como curiosidad: las dos capitales de paises más cercanas del mundo son Bratislava y Viena separadas por unos sesenta kilómetros.

 Otra cosa curiosa nos ocurrió en Budapest: una tarde entramos a un bar ya cansados despues de caminar por la ciudad y allí estaban televisando un partido de futbol. No entendía nada de lo que hablaban pero los equipos, curiosamente, vestían con uniformes muy parecidos a los de algún equipo español, concretamente Madrid y Barcelona. Supongo que era un partido de la liga o la copa húngara y no le presté mucha atención; por afinidad me resultaba más simpático el equipo de rayas y, por como resultó el partido, debían de ser el primero contra el último de aquel país. Salí contento por el juego visto pero pensando: ¡lástima que esto no pueda pasar en la liga española!

 Por último, y por seguir un orden lógico, relataré nuestro regreso... En efecto, nos pilló enmedio la huelga de h. de p. (en eslovaco: controladores aéreos españoles). Debíamos volver el día 4 a las 16 h. de Viena a Barcelona para, allí, coger un tren hacia Zaragoza. Cuando fuímos a facturar el equipaje vimos que el vuelo estaba cancelado. Teníamos información vía internet, pero no estaba clara la situación, no sabíamos si los atracadores habían depuesto su actitud o no. Pues bien, como decidímos volver a casa lo antes posible y la compañía aérea (Vuelinggg) no volvía a operar hasta el día 7, nuestra odisea fué la siguiente: volamos desde Viena a París a las 17,30 h, desde París a Toulouse a las 21,30 h. y, a las 23,45 h. cogíamos un coche alquilado para ir de Toulouse a Zaragoza, ciudad a la que llegábamos a las 5,30 h. de la madrugada despues de atravesar los Pirineos, con los ojos en el suelo, y con una fotografía que nos hizo un radar francés en la autopista (éramos pocos y ...). Ahora, además, toca el rollo de las reclamaciones ya que la broma de los piratas aéreos nos ha salido bastante cara.

 En definitiva, es necesario tener vacaciones para descansar y desconectar del trabajo, viajar es muy interesante y enriquecedor pero esta vez, ¡vaya cagada de excursión!

 Continuará...