martes, 24 de septiembre de 2013

La esclavitud

 Todos somos unos miserables esclavos. Nos diferencian las cadenas que portamos, que arrastramos quedamente, pero todos llevamos cadenas.

 En esta sociedad tan moderna, sociedad que creemos no tiene alternativa ya que en ella se alcanzan las más altas cotas de bienestar conocido (especialmente para los que nada más conocen), nos esclavizan o nos esclavizamos de mil y una maneras. Y nosotros, en nuestra vacuidad, nos dejamos hacer de manera más o menos consciente.

 Sin ánimo de ser exhaustivo (como decía aquel) ahí van unos cuantos eslabones: el trabajo (no podía faltar), el reloj, la moda, la apariencia, la salud, el dinero, la mentira, la hipocresía, la televisión, o lo que es lo mismo: el futbol, el cotilleo o las telenovelas, la publicidad, la hipoteca, los putos gobiernos, las grandes empresas, el sexo, las convenciones sociales, la iglesia, la cultura, el esnobismo, el amor, la comunidad de vecinos, hacienda, las propias limitaciones, las limitaciones ajenas, internet, el teléfono móvil, etc., etc., etc.

 No toda la lista anterior afecta completamente a todo el mundo...pero casi toda a casi todos.

 Por lo menos seamos conscientes, creo que ese es el primer paso; el segundo: reflexionar sobre ello y que cada cual extraiga las conclusiones que pueda. Es ridículo pretender que esto vaya a cambiar, parece que todo sea consecuencia de nuestro alto grado de evolución, pero, como sigamos evolucionando, vamos a resultar absolutamente patéticos para un supuesto observador exterior que, sin las mismas claves que manejamos nosotros, creería que estamos mal de la perola.

 ¿Alguien piensa que el día a día, tal y como nos lo hemos montado, hace feliz (o al menos un poco feliz) a la mayoría de la gente? ¿Tiene algún sentido todo esto? ¿Dedicamos tiempo a pensar en posibles alternativas o no tenemos tiempo para chorradas? ¿Qué pensaremos el último día sobre nuestra vida pasada?

 Las ovejas no quieren salirse del rebaño, las sardinas se pegan unas a otras ante el ataque de sus depredadores confiando simplemente en la estadística (no se han de comer a todas) para salir indemnes y, así, los humanoides que somos procuramos que nuestras actitudes sean parecidas a las de los demás no vaya a ser que no nos acepten a la hora de jugar, no sea que descubramos que hay otros juegos.

 Un día, paseando, vi como en un escaparate colgaba la siguiente frase con letras chiquititas: "Hemos construido un sistema que nos persuade a gastar el dinero que no tenemos en cosas que no necesitamos para crear impresiones que no durarán en personas que no nos importan".

 ¿Somos o no somos tonticos?

 Continuará...

lunes, 10 de junio de 2013

Ensayo para la vuelta

 Hola.

 -Ya no trabajo y acabo de terminar el curso por lo que, aunque ya no se acuerde nadie de este tostón de blog, voy a seguir practicando el arte de la escritura. A ver si algún día aprendo algo. Lo dudo, pero de todas las maneras no deja de ser un ejercicio intelectual que espero me permita llegar a los ciento y pico años en plenitud de facultades (mentales, claro).

 ...

 -Perdón, he tenido que ir a dar vuelta por la cocina. Mientras escribo, estoy preparando una salsa boloñesa que huele que alimenta. Mañana tengo invitados infantiles a comer, seguramente mirarán los espaguetis y dirán: - ¡A mí no me gusta la zanahoria!, - ¿Qué es eso verde?, - ¿No tendrá cebolla, verdad?, - ¡Yo los prefiero solo con tomate! ¡Criaturas!, ¡qué tontos somos de pequeños! Por si acaso he comprado un bote de tomate frito. ¡Vaya guarrada!

 -En estos meses han pasado muchas cosas: importantes, poco importantes e importantísimas, pero se me han olvidado casi todas. Lo bueno es que todavía faltan otras por vivir y esas son más difíciles de olvidar. Estaría bien ahora nombrar algún autor que se haya ocupado del olvido como protagonista sustancial de su obra, pero no me acuerdo de ninguno.

 -Hoy es 40 de mayo y, casualmente, parece que mejora el tiempo. Estamos viviendo una época algo atípica climatológicamente, aunque hay gente que dice que no. Algunos lo achacan al cambio climático provocado por la acción del hombre en la naturaleza, otros lo niegan. Los agricultores miran el cielo para ver si el tiempo acompaña, yo también. La meteorología es muy importante para el estado de ánimo, sobre todo en las personas que están regular de la cabeza, o sea, medio chalaos.

 -Pasado mañana me voy a Malta. Estaré allí una semana. Creo que es una pequeña isla que hay debajo de Sicilia, ¿qué tal se vivirá allí? Siempre que viajo me hago esa pregunta y cuando llego casi todos los lugares me parecen idílicos y pienso que en ese sitio se vive mejor que en Zaracierzo, aunque, seguramente, no sea así. ¡Hay que ser idiota para que solo lo ajeno nos parezca bueno!

 Aunque uno ya ha demostrado, sobradamente y en numerosas ocasiones, ser idiota.

 Continuará...