Trabajando, que es gerundio

 Hoy me apetece hablar de algo que, normalmente, me apetece poco hacer.

 Había una vez una pareja que, tentada por un pérfido ofidio, cometió un error, ¡y qué error! El personaje más famoso de la historia de la humanidad, como consecuencia de aquello, pronunció las siguientes palabras: "Ganaréis el pan con el sudor de vuestra frente". A partir de aquí, ya nada ha vuelto a ser igual.

 Imaginemos la vida de la susodicha pareja antes de su conocido desliz... ¿Ya? Ahora hagamos lo mismo con la vida que llevamos en estos tiempos tan modernos y tan chulos. ¡Puta serpiente!

 Casi todo ha cambiado, es evidente, pero una de las cosas que hacen mayor este cambio es el tener que trabajar unas cuantas horas, de unos cuantos días, de unos cuantos meses, durante muchos años. Prácticamente no nos damos cuenta debido a la costumbre pero esto condiciona totalmente nuestra vida, de tal forma que todos los horarios de un día cualquiera se supeditan a las horas empleadas trabajando, ¿somos entonces esclavos del trabajo?

 Para mucha gente esta es una situación ideal ya que, de esta manera, no han de pensar en que llenar su tiempo pero, excluyendo tal vez los trabajos más creativos (ver cualquiera de las fotografías), ¡hay tantas formas mejores de pasar la velada¡ Luego están los que dicen que el trabajo "dignifica". En ese caso sería bueno "per se", no solamente bueno sino imprescindible, ¿por qué pagar un salario entonces? Las empresas se lo ahorrarían ya que trabajar sería tan saludable para todos. Y es que, no nos engañemos, trabajamos porque no hay más remedio, lo necesitamos para subsistir pero, ¡vaya coñazo!

 A pesar de lo anterior, hay algunas personas que se levantan de la cama casi todos los días con auténticas ansias de comerse el mundo. He aquí los verdaderamente afortunados de nuestro tiempo.

 Continuará...