miércoles, 16 de noviembre de 2011

De lo moderno

 Últimamente estoy observando con atención el siguiente fenómeno: personas aparentemente en sus cabales, algunas inteligentes, gente decente, de buenas costumbres, incluso votantes del PP, están siendo abducidas por esos pequeños engendros que llaman teléfonos móviles aquí, celulares (pronúnciese selulares) allá.

 Es sabido que entre las personas de escaso poder adquisitivo (pronto todos los mortales que este país habitamos) la posesión de un teléfono móvil es símbolo de estatus. A mejor aparato, más nivel atribuido a la persona y, a falta de acceso al mercado de coches más o menos lujosos, el móvil indica, dentro de este grupo social, la calidad del individuo.

 Hasta ahora era así. Pero la industria no descansa, es voraz, necesita crear nuevas necesidades con las que seducirnos y, en este caso, parece que han acertado de pleno. Es justo reconocer la habilidad de las empresas en su busqueda de nuevos alicientes con los que atraparnos, pero también contribuye grandemente al éxito la superficialidad que suele acompañarnos como consumidores. Les han colocado "internes" y alguna que otra pijada a estas máquinas y han logrado que mucha gente ande obsesionada con el montón de tonterías diferentes, la mayoría absolutamente inútiles, que sus queridos móviles son capaces de hacer. Y no estoy hablando de adolescentes.

 Desde hace un tiempo pueden enviarse mensajes gratuitos entre determinados aparatos, ¿qué hemos ganado con esto?, que donde antaño se mandaban mensajes cuando era "necesario", ahora se envían porque son gratis, a lo tonto, porque me aburro. El día que se popularicen las llamadas gratuitas andaremos por las calles pegados al teléfono, todos, a todas horas, en vez de ir hablando con la persona de al lado. Ridícula imagen.

 Pero, como no puede irse contra el progreso, quiero contribuir a éste proponiendo algunas aplicaciones para los telefonillos que serían la mar de útiles, necesarias y no me cabe duda acabarán imponiéndose: 1º Un avisador que vibre cuando se acerque un ladrón, evidentemente debería desconectarse en las proximidades de cualquier banco. 2º Un chisme que indique cuantas semanas lleva congelada la merluza fresca que compramos en el super, (¿quién compra hoy día en la pescadería?) 3º Una antena que capte y envíe a la pantalla las mentiras que dicen los políticos; pero no las que ellos desconocen que son mentira, sino las que dicen a sabiendas de que lo son. Esta aplicación sería muy entretenida para la gente con mucho tiempo libre que, precisamente gracias a los regidores de la cosa pública, cada día es más numerosa. 4º Una alarma que avise cuando la madre del cuco vaya a salir en televisión, pero no para evitarla, no, más bien al contrario, para no perder ripio; podría ser algo de este estilo: "corre que en cinco minutos empiezo a hablar en telecinco. No dejes que te lo cuenten"

 ¡Ah! y un espanta-cretinos.

 Continuará...

1 comentario:

  1. vaya, vaya, últimamente estás guasón guasón, y hasta con cierto deje de amargura. bien bien, sigue asín......

    ResponderEliminar